La dificultad de parto es una de las principales causas de muerte de los terneros en el momento del nacimiento o poco después del mismo, que generalmente conlleva infecciones uterinas y retención de placenta. En este artículo discutiremos el impacto de la dificultad de parto en la tasa de incidencia de cojeras en vacas de cría y las características de calidad de la leche después del parto.

La dificultad de parto (Calving difficulty o distocia) se refiere a un nacimiento anormal o difícil y tiene un impacto negativo y directo en la salud y el rendimiento de los terneros y las vacas de cría. Además, la distocia generalmente se asocia con hipoxia (disminución de la presión de oxígeno) a largo plazo, acidosis severa y un aumento en la tasa de mortalidad neonatal en los terneros. En las vacas, esta anomalía causa daños en varios órganos, parálisis, inflamación del útero y la pared uterina, disminución de la producción de leche y, en última instancia, una reducción en el nivel de confort y rentabilidad económica. Las pérdidas económicas derivadas de esta anomalía se deben principalmente al aumento de la mortalidad de los terneros o de las vacas, la disminución de la producción de leche y el aumento de los costos laborales y de medicamentos y tratamientos. La dificultad de parto, al aumentar excesivamente la duración del parto, reduce la tasa de supervivencia de los terneros y provoca daños, así como un aumento en la duración de los cuidados especiales en las vacas. La tasa de incidencia de dificultad de parto en diferentes partes del mundo varía entre 2 y 23 por ciento.

La cantidad y calidad de las contracciones musculares durante el parto, el estado del canal de parto o la ruta de salida del ternero del útero y el tamaño y posición del feto en el útero son algunos de los factores que influyen en la ocurrencia de dificultad de parto en las vacas.

Los factores que causan la dificultad de parto se pueden clasificar en tres grupos:

Factores muy probables incluyen la desproporción entre el tamaño del feto y la pelvis de la vaca, la posición anormal del feto en el útero, la inercia uterina (falta de contracciones uterinas), la estrechez de la vagina o del cuello uterino (estenosis cervical) y la torsión uterina;

Factores intermedios incluyen la duración del parto, el tamaño excesivo del feto, la estrechez excesiva del canal de parto, la baja concentración de calcio y magnesio en la sangre y el estrés del parto;

Factores poco probables incluyen el sexo del feto, la multípara, anomalías fetales, la raza de las vacas progenitoras, el número de partos anteriores de la vaca (historia de partos), antecedentes de dificultad de parto, edad, estación, alimentación, actividad física, enfermedades, tamaño del rebaño, región y efectos de interacción entre ellos.

Impacto de la dificultad de parto en la ocurrencia de cojeras en el rebaño

Los estudios han demostrado que la tasa de incidencia de cojeras en vacas con antecedentes de dificultad de parto es mayor. Durante el parto, los cambios inducidos en los ligamentos pélvicos facilitan la salida del ternero; sin embargo, estos cambios afectan las patas y los cascos de la vaca madre y predisponen a la ocurrencia de cojeras clínicas. Además, los errores del personal de parto durante la asistencia a la vaca en el momento del parto agravan los daños causados por la dificultad de parto y aumentan la probabilidad de cojeras en el ternero y la vaca madre. Además, el proceso de parto en sí mismo se considera un factor causante de cojeras en las primeras etapas de la lactancia. Los estrés derivados de cambios fisiológicos, variables sociales, movimientos y cambios en el lugar de alojamiento de la vaca aumentan la probabilidad de cojeras durante el período de transición (cercano al momento del parto). Durante el período previo al parto, los cambios no inflamatorios en los tejidos conectivos del corion (área de la pezuña que permite el crecimiento de nuevos tejidos de la pezuña) reducen la flexibilidad de esta área de la pezuña frente a presiones y tensiones externas, aumentando así la probabilidad de cojeras.

Impacto de la dificultad de parto en la composición de la leche

El dolor y el estrés severo causados por las cojeras afectan los comportamientos de movimiento de la vaca, incluyendo acostarse y levantarse. Como resultado, la vaca madre pasa más tiempo acostada; esta situación crea condiciones propicias para la ocurrencia de mastitis (especialmente mastitis causada por Staphylococcus aureus y Staphylococcus agalactiae).

Además, la dificultad de parto provoca una disminución de proteínas, grasas y lactosa en la leche y un aumento en el número de células somáticas o corporales. Todos estos cambios pueden considerarse como indicadores para la monitorización y diagnóstico de mastitis subclínica y clínica. El estrés, el dolor, el aumento de factores oxidativos en el cuerpo y la disminución de la absorción y metabolismo de los nutrientes obtenidos a través de la ración diaria, alteran la concentración de proteínas, grasas y lactosa en la leche.

Por otro lado, un aumento en la puntuación de dificultad de parto (según un sistema de puntuación de 4 puntos) se asocia con una disminución en la productividad promedio de las vacas. Los investigadores han demostrado que la calidad de la leche durante los 30 días posteriores al parto es mejor en vacas recién paridas sin cojeras que no han experimentado dificultad de parto y, por lo tanto, han estado expuestas a menos estrés.

La dificultad de parto aumenta la incidencia de cojeras en rebaños de vacas lecheras y afecta las características de calidad de la leche. Según las estimaciones de los investigadores, la tasa de incidencia de cojeras en vacas con antecedentes de dificultad de parto ha sido entre 88.3 y 92.5 por ciento, mientras que este rango en vacas sin antecedentes de dificultad de parto se ha reportado entre 27.0 y 37.2 por ciento. Además, las cojeras agudas se observan con mayor frecuencia en vacas que han tenido antecedentes de dificultad de parto.

Conclusión

La dificultad de parto provoca una notable disminución en la producción de leche, una caída en la concentración de grasa, proteínas y lactosa de la leche y un aumento en el número de células corporales en rebaños de vacas lecheras. Cabe destacar que las interacciones entre la dificultad de parto y el nivel de salud de las vacas afectan significativamente todas las características de calidad de la leche, excepto el nivel de urea. Por lo tanto, al reducir la tasa de incidencia de dificultad de parto y gestionar de manera óptima esta anomalía, se puede prevenir en gran medida la aparición de cojeras y avanzar hacia la mejora de la calidad de la leche.

Parto en vacas lecheras y su impacto en la incidencia de cojeras y la composición de la leche.

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