Para la fabricación de ladrillos y tejas de arcilla existen tres métodos diferentes, en los que la cantidad de humedad del suelo y el tipo de barro son distintos.

Barro seco:

Se elabora añadiendo agua en una cantidad de aproximadamente 8 a 12 por ciento del peso del material inicial. Y se forma con la ayuda de una prensa de ladrillos. Muchos de los ladrillos industriales y todos los azulejos de arcilla para construcción se fabrican con el método de barro seco.

Barro duro:

Se elabora añadiendo agua en una cantidad de aproximadamente 20 a 25 por ciento del peso del material inicial, y se fabrican ladrillos de manera mecánica. En este método se utilizan máquinas de ladrillos hidráulicas. El ladrillo U sale de la máquina en forma de prisma con base cuadrada o rectangular, y luego se corta en piezas iguales con la ayuda de una máquina de corte.

Barro plástico:

Se elabora añadiendo agua en una cantidad de hasta 60 por ciento del peso del suelo para que adquiera una consistencia plástica y se pueda moldear con las manos. En este método, el barro se vierte en moldes de madera y se moldea a mano para hacer ladrillos.

Secado de ladrillos:

Cuando las piezas salen de las máquinas formadoras, llevan consigo una cantidad considerable de humedad. El secado del ladrillo crudo antes de cocerlo es necesario para evitar deformaciones excesivas y grietas en la superficie del ladrillo, además de prevenir gastos adicionales de combustible en el horno principal y la posibilidad de que el horno se ensucie debido a la alta humedad inicial y la combustión incompleta.

El secado provoca contracción, y esta contracción es aceptable en un grado que el producto final tenga un tamaño adecuado y deseado. La contracción en el ladrillo seco es aproximadamente del 10 por ciento en cada dimensión. La temperatura del horno secador varía de 40 a 200 grados centígrados y el tiempo de secado varía de 24 a 48 horas, dependiendo del tipo de arcilla. La temperatura necesaria generalmente se proporciona con el calor residual de los hornos principales. En todas las etapas, la temperatura y la humedad se regulan cuidadosamente para evitar una contracción rápida que cause muchas grietas.

En regiones cálidas y secas, se utiliza el calor del aire para secar los ladrillos. En este método, la forma de apilar los ladrillos es de gran importancia, de manera que el flujo de aire no sea unidireccional, ya que esto provoca curvaturas y deformaciones en el ladrillo debido al secado unilateral. El ladrillo seco que está listo para ser cocido tiene una humedad entre 8 y 12 por ciento.

Preparación de barro y ladrillos

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