Por supuesto que los chefs no pueden servir botellas de plástico, pero la investigación publicada en la revista Química Verde (Green Chemistry) ha demostrado cómo una botella de plástico usada se convierte en un saborizante de vainilla.

Investigadores de la Universidad de Edimburgo en Escocia han utilizado bacterias E. coli modificadas genéticamente para convertir botellas de plástico en vainilina, la fuente principal del sabor y aroma de la vainilla. Los investigadores incluso creen que la vainilina derivada del plástico probablemente sea segura para el consumo humano; sin embargo, según el sitio de noticias de la universidad, aún se necesitan más pruebas en este ámbito. Aunque la vainilina se puede extraer naturalmente de las vainas de vainilla, estas son costosas. Por lo tanto, la vainilina sintética es mucho más común. También se ha informado en esta noticia que el 85% de la vainilina se produce de esta manera.

Según Alice Crawford, editora de publicaciones en la Royal Society of Chemistry, "esta es una aplicación muy interesante de las ciencias microbianas a nivel molecular para mejorar la sostenibilidad y la eficiencia en pro de una economía circular. El uso de microbios para convertir plásticos desechados que son perjudiciales para el medio ambiente en un material valioso y una plataforma con aplicaciones amplias en cosméticos y alimentos es una hermosa demostración de la química verde."

El punto importante es que estos experimentos no convirtieron botellas de plástico fácilmente en un tazón de helado de vainilla. En cambio, los científicos tuvieron que seguir varios pasos intermedios. Como explica The Guardian, primero el plástico tereftalato de polietileno (PET) debe ser descompuesto utilizando "súper enzimas" diseñadas en ácido tereftálico (TA). Luego, se utiliza E. coli modificada para convertir el TA resultante en vainilina. Aunque hasta ahora solo se ha convertido el 79% del TA, los investigadores creen que pueden mejorar esta tasa. Steven Wallace, uno de los dos coautores del artículo, dijo al periódico inglés: "Creemos que podemos hacer esto muy rápidamente. Aquí tenemos un increíble centro de ensamblaje de ADN robótico." También tienen la intención de aumentar su producción y, además de la vainilina que se puede producir de esta manera, están en busca de otras moléculas útiles.

Wallace declaró: "Nuestro trabajo desafía la noción de que el plástico es un desecho problemático y, en cambio, muestra su uso como una nueva fuente de carbono de la cual se pueden obtener productos de alto valor."

Joanna Sadler, otra autora del artículo, agregó: "Este es el primer ejemplo del uso de un sistema biológico para convertir desechos plásticos en un producto químico industrial valioso, y esto tiene implicaciones muy emocionantes para la economía circular. Los resultados de nuestra investigación tienen importantes implicaciones para la sostenibilidad del plástico y demuestran el poder de la biología sintética para abordar los desafíos del mundo real."

Uso de botellas de plástico como saborizante de vainilla

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